¡HOLA DE NUEVO!

¡Hola a todas!  Esta segunda parte del blog hace referencia al inicio de mi último curso de la carrera, así que para las personas que sean n...

jueves, 21 de octubre de 2021

¡CINEFÓRUM!

 ¡Hola a todas! 💜

Hoy no nos va a tocar leer ningún artículo 😉, sino que vamos a ver ¡una película! A raíz de ella se plantea una reflexión, en mi caso he elegido La Ola de Dennis Gansel. Os voy a hacer un pequeño resumen (sin spoilers) y os contaré un poco lo que pienso (para variar). 


La película gira en torno a un aula en la que el profesor Rainer Wenger comienza un proyecto educativo basado en la autocracia. Las sesiones de clase son muy prácticas, y se relacionan con el surgimiento de dictaduras, el fascismo o el nazismo, presentando los elementos atractivos de estas ideologías; espíritu de grupo, ideales comunes, ayuda mutua, uniformes… Y así comienza el experimento. 


En un principio se inician ideas inicialmente inocuas como la disciplina y el sentimiento de comunidad, que acaban por hacer mucho más real el movimiento “La Ola”. El estudiantado parece reaccionar muy positivamente y su iniciativa y autoestima es mayor, haciendo que se diluyan las diferencias raciales o sociales, así comienzan a crear lemas y logos de forma conjunta y a utilizar un vaquero azul y una camisa blanca como uniforme común. El objetivo inicial del movimiento es hacer el bien, pero tras las opiniones en contra de algunas personas de la escuela, este se torna violento y descontrolado.


Esta película es sin duda una muy buena herramienta para el debate, ya que la manipulación de la sociedad está a la orden del día en el ideario de los políticos y personalidades influyentes. Con este film se revelan algunos de los mecanismos de dicha manipulación, como puede ser la figura de una persona líder, en principio carismática, y la fascinación que genera. Es tan sencillo como iniciar un camino hacia un uso viciado de virtudes básicas (unidad, amistad, lealtad, sacrificio, confianza…) para encauzar los problemas de la rebeldía juvenil, terminando en una situación de obediencia extrema (estudiada por la psicología social con experimentos como el de la prisión de Stanford, en 1971). 


Creo que, como docentes, tenemos que tener en cuenta los ejercicios de reflexión y estudio que se mencionan en posts anteriores, siempre con la intención de ser la mejor versión de nuestro ser para así transmitirla a nuestro alumnado. La facilidad con la que movimientos de este tipo toman fuerza es algo que me resulta todavía increíble y fascinante, creo que aportan a aquellas que los siguen una sensación de seguridad y colectividad que es muy anhelada. En este sentido, creo que con una buena educación emocional tanto intra como interpersonal, estas necesidades desaparecerían, ya que la autoestima, el respeto, la tolerancia y demás valores positivos y democráticos estarían ya presentes en el alumnado desde edades muy tempranas, permitiéndoles ser personas seguras y felices consigo mismas al mismo tiempo que forman parte de una comunidad y una sociedad.

 

La tendencia hacia el individualismo y la atomización completa de la sociedad en grupos muy reducidos no puede seguir indefinidamente. En algún momento se producirá un gran vacío. Ahí es donde reside el peligro de que otro régimen totalitario intente llenar ese vacío. (Dennis Gansel)


Las nuevas formas de vivir que se plantean desde las pedagogías innovadoras que se promueven en educación infantil, deberían llenar ese vacío del que habla el autor, fomentando una conciencia social en el alumnado y unos valores que permitan que se  convierta en una ciudadanía libre y crítica. 



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